sábado, 8 de octubre de 2011

El ascensor de la Alhambra

Cuando Pepe Torres lanzó la idea allá,  por el mes de mayo con la fanfarria orquestada de Rajoy y Arenas, con sus manos en el asunto en el marco de la campaña electoral, quien más, quien menos no dejó de pensar en que se trataba de una boutade más del ilustre piñero. Sin embargo, esta semana que se nos escapa nos ha confirmado que aquellas nubes hoy son dura tormenta que azota sin piedad los cielos de la Alhambra.

Foto: IDEAL.ES


El alcalde de Granada, auspiciado por los tambores de victoria que se oyen por todas partes, se ha venido arriba y tal y como dijo a la Directora del Patronato, afirma que "el ascensor se va a hacer por cojones".

Pero no son precisamente los cojones los atributos que más falta hacen en un asunto como este. Es más, cuando se tira de ellos es porque faltan argumentos con los que defender una propuesta que es una burrada en toda regla.

Y que no me venga nadie con una argumentación favorable en base a no sé qué informes técnicos. Como me dijo ayer una persona que trabaja en el Patronato, técnicamente es posible hasta construir un aeropuerto. El problema es otro, y lo explica muy bien Alberto C. Donaire en su granadinísimo blog, en una entrada dedicada al asunto.

De espaldas a la ciudad
Nos encontramos con un argumento que todo el mundo está dando por válido y que nadie cuestiona, por haberse instalado ya en el imaginario colectivo de la ciudad: La Alhambra vive de espaldas a Granada. ¿Por qué? La respuesta que dan los que defienden esa posición es puramente estadística: de los más de 2 millones de visitantes anuales que tiene el recinto nazarí cada año, parece que un porcentaje amplio no se deja caer Sabika abajo, para degustar las viandas de los intrépidos comerciantes de la ciudad.



Dando por sentado ese hecho ¿justificaría perforar la colina sobre la que se asienta el castillo rojo y sacar un ascensor por el Patio del Aljibe? La respuesta en mi opinión es que no.

La Alhambra es un espacio único, que aparece inalterado desde hace decenas de años, cientos de años. El paisaje apenas ha cambiado desde que los románticos franceses la visitaran y la grabaran para la posteridad. Y esa es parte de su riqueza, de su valor, valor que la convirtió en Patrimonio de la Humanidad.

Afortunadamente, personajes de la talla de Torres Balbás, consiguieron impedir su desaparición, marcando unas pautas de conservación que han llegado hasta nuestros días con las consecuentes evoluciones técnicas.

La Alhambra jamás ha estado de espaldas a la ciudad. Más bien al contrario. Ha sido Granada la que siempre ha mirado de soslayo al conjunto nazarí. Y ahora hay quien se tira a por la gallina de los huevos de oro, sin abordar la panoplia de soluciones intermedias que permitirían un encuentro entre las dos partes.

Porque no nos engañemos, el problema de fondo no es otro que económico. Las ganas que tienen algunos de hincar los dientes a un pastel que pudiera paliar la nefasta gestión económica de un Ayuntamiento en números rojos.

Hay quien piensa que cuanta más gente pueda venir atraídos por la 'mayor y mejor accesibilidad', más grandes serán los beneficios. Y olvidan quienes eso plantean que la Alhambra tiene tasado el número de visitantes cada año. Entonces ¿de qué hablamos? ¿Acaso queremos engañar a la gente vendiendo que es más fácil ver la Alhambra? ¿Pretendemos dar un caramelo a unos comerciantes que se dejarían engañar? ¿Acaso queremos tirar de cojones y demostrar a la Junta que 'esto es mío y me lo cargo cuando quiero'? ¿Destrozar el entorno de la Alhambra es reivindicar el granadinismo de la gestión? Vive Dios y que se mantengan muy alejados los que eso desean.

Accesos 
La Alhambra tiene accesos naturales que siempre han conectado a la ciudad y al Palacio. Dichos accesos han permanecido históricamente dejados, abandonados, ¿por qué no recuperarlos? ¿por qué no dignificar el pésimo transporte público que engarza ciudad y ciudadela? Es más, ¿por qué no agotar cualquier otra vía que no suponga modificar de manera irrevocable la fotografía del entorno?

Cuesta de los Chinos


En esta guerra iniciada hace 9 años por Torres Hurtado contra la Junta de Andalucía -justificada en muchas ocasiones por la desidida de la institución andaluza-, no vale todo. El Patrimonio de una ciudad está por encima de cualquier cuita. Eso lo podría ver cualquiera, pero Torres Hurtado está lejos, muy lejos de poder comprender algo relacionado con la Cultura, la sensibilidad y la Historia de esta ciudad.

6 comentarios:

  1. De acuerdo en prácticamente todo lo que comentas. Eso sí, indicarte que a mi me parece positivo que de alguna forma se abra y se mantenga un debate acerca de qué cosas no funcionan en la relación Alhambra - Granada.

    Siempre es posible mejorar, pero desde luego el enfrentamiento no es la posición de partida más acertada.

    Un saludo y gracias por la mención.

    Alberto Donaire

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  2. Alberto. Completamente de acuerdo. Estoy seguro de que en la relación Alhambra-Granada hay cosas que no funcionan. Pero digo lo que dice una persona muy cercana a mí y que trabaja allí: Compárese la Alhambra que recoge la Junta con la anterior, y ésta con la había antes de 1936. Creo que sobran más comentarios.
    En cualquier caso, Alhambra y ciudad deben tener un diálogo fluido y frecuente.

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  3. El asunto de los autobuses que "sueltan" turistas en la Alhambra y los "cargan" de nuevo rumbo a sus hoteles de playa no se soluciona con ascensores.

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  4. Bueno, pues estamos ante otra "ocurrencia" de este alcalde. Mucho cuidado con este personaje, tozudo, ignorante y soberbio donde los haya. Es una peste negra para la ciudad.
    Por cierto, que el soterramiento del metro es también "gracias" a él: la Junta sólo planteó un recorrido por la superficie. ¡Qué pena!

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